Hay que ser muy iluso para creer que una campaña de la DGT va a reducir el número de muertos o de accidentes de tráfico, pero esta última ha conseguido que por lo menos se hable del tema.

Ya dice la sabiduría popular que "a grandes males, grandes remedios". Y ya que parece que estamos todos de acuerdo en que es un gran mal, estemos dispuestos a que los remedios sean también grandes.

Así que, PRIMERO, averigüemos de verdad y más allá de opiniones, cuáles son las causas más frecuentes de accidentes (ya basta de que TODOS sean causados por la velocidad, y TODOS por el alcohol, y TODOS por distracciones, y TODOS por el estado de las carreteras). Y SEGUNDO, estemos dispuestos a renunciar a ciertas ventajas para conseguir que sea más seguro viajar en automóvil.

Por ejemplo, renunciemos a coches que circulan a más de 160Km/h si sólo se puede ir a 120Km/h. Y renunciemos a comprar un coche por menos de 10.000 euros si hay que aumentar el coste en medidas de seguridad. Y aceptemos que haya radares fijos y cámaras de seguridad en determinados puntos...

Por supuesto que la concienciación y la educación son necesarios, pero no bastan. Y si no queremos renunciar a esas comodidades, entonces no nos escandalicemos de la cantidad de ramos de flores que adornan nuestras cunetas.